viernes, 30 de diciembre de 2011

Cambio deseos por propósitos

Día 30 de diciembre, a punto de terminar este año 2011, y abriendo paso a un nuevo 2012, dónde cambio mis deseos por propósitos.
Sí, cada año como la mayoría de la gente me paro a pensar en lo que quiero para un nuevo año, pedirlo, pero sin pensar en lo que puedo hacer yo para mejorarlo. Estoy harta de empezar un año, y querer que sea mejor que el anterior, pero que sea totalmente lo contrario. Así que voy a dejar de esperar nada de la vida, y me propongo ir a buscar yo algo de ella, al menos así nos ahorramos algún que otro chasco.
Éste 2011, podemos decir que el peor año de todos, me ha servido para darme cuenta de muchas cosas, y creo que me ha servido para madurar conmigo misma. He aprendido que lo malo no es tan malo, ni lo bueno tan bueno, que no podemos guiarnos por simples apariencias, que no podemos aferrarnos a la vida con algo y que no nos deje avanzar, de saber vivir con las penas y saber sacar una sonrisa al mundo, no dejarnos hundir por aquellos que lo desean, he aprendido que la gente decepciona, y mucho, pero que no por ello hemos de dejar de confiar. También que hay gente que de verdad vale la pena, y no te lo demuestran en las sonrisas, sino en las lágrimas, he aprendido que si lucho puedo, y si me hundo sé levantarme, he aprendido a confiar en mi misma, sin dejar que nadie me lleve a lo contrario, a saber vivir con criticas, intentando que no me afectaran, he empezado nuevos sueños y seguiré luchando por ellos. He empezado nueva vida, nueva etapa, y he sabido tirar de ella. He aprendido a vivir con una pérdida que me hundía el mundo, pero que sé que sigue conmigo siempre.
Aprenderé de todo lo malo, y lo bañaré en lo bueno, y con eso construiré cada uno de los propósitos de éste nuevo año.

Y, a pesar de lo dura que sea la existencia y a pesar de todos mis pesares, ha habido momentos en mi vida en los que me he sentido realmente afortunada.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

En el fondo del pozo

Hay momentos en nuestras vidas, en los cuales perdemos todo.
Por más brillante y rica que sea una persona, se encontrará en el fondo del pozo en algún momento de su vida, pero el ideal, es que tales momentos sean puntuales y raros. Y lo serán, si nos preparamos para salir de ellos, antes de que sucedan.
Esos momentos son esa parte de la existencia sobre la cual no tenemos control. Por eso es mejor desde ya, tener en mente un pensamiento que nos va a ayudar mucho: “La ventaja de estar en el fondo del pozo, es que cualquier movimiento nos lleva hacia arriba.”

Esos momentos pueden causarnos pánico y recelo sobre el futuro. Desafortunadamente, la mayoría de las personas hemos sido enseñadas a sufrir por el dolor del fracaso, pero no sobre cómo usar lo aprendido de esos fracasos para construir los nuevos caminos con dirección a la victoria. Aprendemos sobre las lágrimas de la amargura, pero no sobre cómo usar esas lágrimas para volvernos mejores personas, día tras día; nos dijeron sobre la soledad de la pérdida, sin jamás acordarse de la importancia de que, cuando estemos solos, nos detengamos para reflexionar sobre lo que debemos cambiar, para que las pérdidas no se repitan.

Por más dolor que sientas, todo eso por lo cual estás pasando es una dolorosa percepción. Una evaluación de la realidad con base en el desastre. Es necesario comprender que el dolor necesita ser contenido, para que podamos pensar y actuar, para colocar nuestra vida en el carril nuevamente. Por eso, cuando estés caído en el fondo del pozo, descansa un poco y mira a tu alrededor. Duerme, si es preciso, y llora. Pero, después de algún tiempo, sal de allí. No verás nada. Por algunos momentos, estará oscuro y te sentirás perdido. Eso es natural. Pero, vamos a buscar lo que también es natural: es natural que tú, habiendo tropezado con uno de los puntos bajos de tu vida, solamente necesites hacer un movimiento y ya estarás más próximo de la salida.

No te preocupes en olvidar el dolor, pues él es parte de ti. Son las cicatrices las que te vuelven una persona más completa, más rica internamente, más viva. Puede ser que tardes y que tengas que “resbalar” mucho, pero echarle la culpa a una persona o situación (aunque sean culpables) no va a sacarte a ti, o a tus sueños, del fondo del pozo. Solamente la acción puede generar resultados.

Acuérdate de que la ventaja de estar en el fondo del pozo, es que cualquier movimiento nos lleva hacia arriba.

lunes, 26 de diciembre de 2011

No hablemos de imposibles, sino de improbables.


La Real Academia define la palabra imposible como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser, o suceder. Y define improbable como algo inverosímil, que no se funda en una razón prudente.
El amor, las relaciones, los sentimientos, no se fundan en una razón prudente, por eso no me gusta hablar de amores imposibles sino de amores improbables. Porque lo improbable es, por definición, probable. Lo que es casi seguro que no pase, es que puede pasar. Mientras haya una posibilidad, media posibilidad de entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Si vas a llorar, lárgate!


Sí, a veces he creído que mi mundo giraba siempre en el mismo sentido, y que no, no podría cambiar su dirección. Pero ahora, ahora dejo toda tristeza y melancolía aparcada, dejo cada lágrima rota proveniente del mínimo sufrimiento.
Voy a acabar con todo aquello que ponía peso en mi misma para no dejarme avanzar y crecer viviendo.
Voy a dejar de preocuparme por el qué decir, o el qué dirá, voy a abandonar mi soledad atada a algo, a romper  barreras que me impiden saltar y correr más allá.
Voy a investigar y buscar mi propia felicidad en cada pequeño rincón de este mundo con doble sentido.
Barraré cada sendero perdido, o lo seguiré para aprender su camino y rectificar volviendo.
Impregnaré cada silencio con mi risa, y los respetaré para escuchar reír a los demás.

Hoy abro mi pequeña y gran fábrica de sonrisas, y no, no está permitido llorar en ella.